El tiempo no es un problema, sino que la autogestión que hacemos de este es la que marca la dirección que tomarán las cosas así está la podemos dividir en:
Negativo, cuando al final de la jornada no se han alcanzado los objetivos planteados, aunque se tenga la sensación de no haber perdido ni un minuto.
O positivos, si se ha aprovechado cada momento para llevar a cabo una tarea o para descansar.
Gestionar adecuadamente nuestro tiempo, tendrá como consecuencia unos niveles óptimos y positivos de productividad y eficiencia. Pero, deberemos reconocer a los ladrones de tiempo para enfrentarnos a ellos
Los ladrones de tiempo son el principal enemigo de la productividad por muchos motivos:
- Reducen entre un 50 y un 70% nuestras horas efectivas de trabajo.
- Afectan a nuestra capacidad de concentración y también a nuestros niveles de atención.
- Nos provocan retrasos de entre 6 y 9 minutos cada vez que sucumbimos a su tentación, ya que es el tiempo que se tarda en llegar de nuevo al máximo rendimiento tras una interrupción.
- Se interponen en los objetivos que nos planteamos, retrasando la consecución de las metas.